Cuando inicié las primeras transcripciones musicales de estas jotas me surgió la duda de saber en que compás debía escribirlas. Recurrí a varios cancioneros de música popular ya editados, por ver si encontraba alguna explicación a mis dudas, pero éstas se acrecentaron más al comprobar como los autores de estos cancioneros transcribían tanto en 3/4 como en 3/8 indistintamente, sin aparecer ninguna explicación del porqué se usaba uno u otro compás. También intenté investigar algo al respecto preguntando a los dulzaineros con conocimientos de música escrita. Algunos de ellos, los más, se decantaron por el compás 3/4 por ser el que más se venía utilizando en la mayoría de los cancioneros editados y por ser más fácil de leer al aparecer como unidad de medida la nota negra.
No me convencieron estos resultados y decidí seguir investigando sobre el tema. Así con la ayuda de un editor reproductor de partituras por ordenador realicé varias comprobaciones con una jota transcrita en compás 3/4 y también en 3/8 y con un valor de tempo igual en ambos casos, con la diferencia de que en 3/4 el tempo se adjudicaba a la nota negra como unidad de compás y en 3/8 a la corchea. El resultado rítmico y acústico reproducido por el ordenador era el mismo en ambos casos. Lo cual, como se figurarán, no me aclaró ninguna de mis dudas.
Con el tiempo llegó a mis manos el libro La Jota como Género Musical, de Miguel Manzano Alonso: un verdadero estudio en profundidad de los orígenes, ritmos, evolución y difusión de la Jota en toda España, con innumerables explicaciones, análisis y ejemplos de cada aseveración que el autor hace en los distintos capítulos de que se compone el libro.
Algunas de las explicaciones que aparecen en el citado libro, lo confieso, desbordaban mis conocimientos, pero he de indicar que amplié enormemente mis conocimientos musicales sobre la jota. Y por fin encontré una explicación clara y concisa sobre el compás de transcripción de este baile.
El autor del citado libro, tras justificarlo con distintos argumentos, se decanta por un compás binario de subdivisión ternaria, concretamente el de 6/8, por ser el que más se acerca a la naturaleza de la jota.
Una de las justificaciones que más me convencieron es la siguiente:
"Si observamos el estilo más común de bailar la jota, percibiremos que el vaivén de los bailadores hacia los dos lados se efectúa sobre la base de un ritmo binario, coincidiendo con cada grupo de seis valores rítmicos básicos. A cada bloque de seis fracciones, las parejas vuelven a uno y otro lado durante el canto de las coplas. La primera figura de cada grupo de seis coincide con un ademán con el que los bailadores cruzan la pierna hacia uno u otro lado, o realizan cualquier otro gesto corporal, en cada uno de los dos extremos del espacio en que se mueven al danzar."
Así que después de esta aclaración no me quedó otro remedio que rehacer en compás de 6/8 todas las jotas que hasta entonces había transcrito en otro compás.
Las jotas que aparecen en el cancionero se han transcrito de la forma en que las interpretaba Mariano Contreras, que siempre iniciaba el comienzo de las mismas con la frase musical: