Se ha incluido en este capítulo una serie de canciones de ronda, interpretadas por una o más personas y acompañadas por guitarra, bandurria y otros instrumentos como almirez, botella, etc. Su destino es exaltar las virtudes de una dama, moradores de un pueblo o ridiculizar alguno de sus defectos.

Era muy frecuente que entre estrofas de carácter laudatorio se introdujera alguna jocosa o que hiciera alusión a algún defecto de las personas a las que iba dirigida.

Las dos últimas piezas, que no poseen letra, son jotas para instrumentos de cuerda con una gran belleza musical.

En la transcripción musical de las piezas cantables, al igual que en el cancionero infantil, se ha elegido la armadura sin alteraciones por que son interpretadas con el instrumento más perfecto, la voz humana, con el que el cantante fácilmente puede acomodarse al tono más idoneo a sus condiciones.