Publicado 13/6/19
Guillermo Herrero homenajeó la cultura pastoril segoviana en la presentación del libro 'Rostros de la Trashumancia'
El Salón de Plenos del Palacio Provincial ha sido el escenario que ha servido de presentación a "Rostros de la Trashumancia", la nueva publicación del Instituto de la Cultura Tradicional Manuel González Herrero de la Diputación cuyo autor es el periodista Guillermo Herrero. El acto ha estado presentado por el Presidente de la Diputación, Francisco Vázquez y ha contado con la presencia de la Diputada de Cultura, Sara Dueñas.
13 junio 2019
El autor ha reunido en "Rostros de la Trashumancia" los testimonios de unos cuantos segovianos que ocuparon su vida emigrando de sus hogares con los rebaños a su cargo cada año de octubre a junio. Un diagrama social del modo de vida de un oficio que supuso la supervivencia de muchas familias segovianas durante décadas.
Experiencias reunidas en 234 páginas, representativas de todo un colectivo y un oficio cuya labor todos los entrevistados coinciden en describir con una palabra: dureza. De ello han dado fe varios de estos pastores protagonistas de la obra: Pedro de Pedro, de Martín Miguel, Juan Martín, de Arcones y Félix Velasco, de Orejana, presentes también en la presentación.
El libro recoge alrededor de veinte entrevistas de otros tantos pastores, algunos ya fallecidos, fundamentalmente de la zona de la Sierra: Arcones, Prádena, Casla o Sigueruelo. Además, hace referencia a algunas tradiciones de la provincia como las cencerradas, típicas de Valle de Tabladillo,y está aderezado con experiencias como las que cuenta el pastor Pedro Sanz, experto en observación meteorológica o el cocinero Julián del Barrio, que ofrece la receta de uno de los platos pastoriles por excelencia: la caldereta. Además, se acompaña de una selección de fotografías antiguas de autores como José María Heredero, Tirso Unturbe o de la colección etnográfica del padre Fray Benito de Frutos de Frutos, entre otros.
Los pastores trashumantes fueron durante siglos los garantes de gestionar y cuidar los rebaños, auténtico patrimonio de uno de los principales motores económicos que tuvo la provincia en su Historia: la industria lanar. Gente humilde que no sólo conducían a los ganados a tierras más cálidas, sino que cuidaban celosamente de ellos.
Condiciones difíciles de vida por ausentarse de casa durante gran parte del año, dormir al raso o en maltrechos chozos, pasar frío o comer lo justo. Y sin embargo continuar en el oficio. El libro, según el periodista, trata de ser un homenaje y un reconocimiento a los viajes de los pastores trashumantes de Segovia, figura clave en el mantenimiento de la industria lanar.
El pastor, guardián y cuidador de los rebaños es la figura en la que recaía la responsabilidad de mantenerlos, de aumentar las camadas, de esquilar su lana o de curar sus enfermedades. Su labor incidía notablemente en la calidad de la materia prima que se criaba en los animales, fundamental para obtener un producto de calidad y apreciado.
El autor destaca que con lo que ha oído contar a los pastores le hace llegar a la conclusión de estar ante uno de los oficios más cultos del mundo ya que sin otros medios más que los que ofrecía la propia naturaleza y pocos más el pastor tenía que hacer las veces de veterinario, meteorólogo o cocinero.