Entiéndese por Regocijo toda ocasión que procura alegría y no es acto solemne a causa de su menor transcendencia.
Es bien cierto que los Castellanos somos de carácter grave, y poco amigos de manifestar excesivamente alegrías; pero también lo es que gustamos en ocasiones del regocijo y festividad pública. En este caso, el uso de nuestro arte resulta de capital importancia.
Para hacerlo cumplidamente SE ORDENA:
1º.- El Dulzainero que toque en el regocijo, no desmerezca de los regocijados y busque el equilibrio entre seriedad y alegría, sin topar en serio ni en chabacano.
2º.- No abuse del vino en estas ocasiones.
3º.- Comprendiendo que en los regocijos se le pedirá tocar incansablemente, provea lo necesario para dar gusto a los regocijados y acuerde previamente con la mayor precisión posible qué es lo requerido por los organizadores del regocijo, a fin de evitar posteriores disputas.
4º.- Entre otros, se entiende por Regocijos: