Paloteos

El Paloteo consiste en una escenificación de una coreografía de baile corta en la que los danzantes golpean entre sí o con el danzante que tienen de frente dos palos cortos al ritmo de la música.

Estas pequeñas coreografías se llaman lazos o calles y se van repitiendo generalmente de cuatro en cuatro: la primera de frente al espectador, la segunda hacia la derecha, la tercera hacia atrás, la cuarta hacia la izquierda y a veces para rematar la quinta de frente al espectador, aunque las hay muy variadas y no siempre siguen esta secuencia.

Por entre los danzantes deambula un personaje que en algunos pueblos va vestido con un traje grotesco de vivos colores y que recibe el nombre de el zorra. Siempre porta en sus manos un bastón de mando, del que cuelga una vejiga de cerdo inflada, denominada zambomba, con la que golpea al danzante que se confunde o al espectador que se acerca demasiado a los danzantes. Su autoridad en el paloteo es aceptada por todos, danzantes y espectadores. Otra misión que tiene el zorra es proporcionar los palos a los danzantes y recogerlos al final del paloteo.

Las melodías de los paloteos son interpretadas por la dulzaina y el tamboril y el ritmo de los palos de los danzantes al entrechocarlos.

El origen de los paloteos no esta claro, existen muchas teorías, pero lo que sí está claro es que casi todos los pueblos, o una gran mayoría de ellos, los practicaban en determinadas fechas del año, como solían ser las patronales de la población y de los cuales estaban orgullosos los habitantes de los pueblos que los poseían.

Las melodías utilizadas para los paloteos proceden de danzas antiguas, cánticos religiosos, romances, música culta, etc. y, curiosamente, canciones variadas de la música moderna que, en el momento de crear el paloteo, se adaptara bien para la danza en cuestión. Así podemos ver el paloteo Las Olas que se tomó del vals Las Olas del Danubio de Ivanovici, Anda Mamá, Serranillo y Batallón de Modistillas de cuplés de moda de principios de siglo, El Gloria y El Credo de La Misa Segoviana para Dulzaina. También se puede apreciar en algunas de estas danzas los intercambios de cultura y costumbres entre regiones: los paloteos "A mí me gusta la gaita" y "El Garrote" proceden de Galicia y Extremadura de una canción popular gallega y de El Redoble extremeño respectivamente. Seguramente fueron traídas a Segovia por los segadores gallegos que venían por tierras castellanas a ganarse la vida con la hoz y por los pastores segovianos en las penosas trashumancias de ganado hasta Extremadura a su paso por la provincia de Cáceres.

La letra se solía adaptar a la música de una forma sencilla, bien porque ya la tuviera: romances, oraciones, canciones de moda, etc. o bien creándola a propósito. Bastaba con que rimara y marcara el ritmo de la melodía, pues su misión consistía básicamente en recordar las distintas partes del paloteo.